La mesa redonda Por: Víctor Salazar
Cada año, se celebra el Día de la Libertad de Expresión como un recordatorio de la importancia de este derecho fundamental en el ejercicio del periodismo. Sin embargo, resulta irónico y paradójico ver cómo el mismo gobierno o las élites gobernantes que aparentan celebrar esta libertad plasmada en el Articulo 19 de nuestra Constitución, a menudo muestra signos de hipocresía en su propia práctica y actitudes hacia la libertad de expresión o los periodistas. En sexenios anteriores, se han observado numerosos casos en los que el gobierno en turno muestran una doble moral al respecto.
En este sexenio la 4T liderada por Andrés Manuel López Obrador, no es la excepción, pues prácticamente sus mañaneras se han convertido en una fuente de división y persecución a la libertad de expresión, donde no tolera que le contradigan, ya que él tiene otros datos, aun a pesar que la prensa usa los datos proporcionados por La Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública.
Por eso, la hipocresía del gobierno al celebrar el Día de la Libertad de Expresión es una realidad que no puede pasarse por alto, la verdadera celebración de la libertad de expresión requerirá que los gobiernos sean coherentes en su práctica y actúen en consonancia con los valores que supuestamente defienden. Deberán permitir debates públicos donde se cuestione su actuar, la publicación de investigaciones periodísticas tanto en temas de Salud como temas de corrupción. No limitar o condicionar la labor del periodista para mantener su narrativa, el control de la información o la protección de intereses políticos.
La relación entre las élites gobernantes y la libertad de expresión puede ser compleja y variada. Hay algunas razones comunes por las cuales las élites gobernantes pueden limitar o no respetar plenamente la libertad de expresión. A continuación, presento algunas posibles causas:
Mantenimiento del poder: Las élites gobernantes a menudo buscan mantener su posición de poder y control. Esto puede implicar la censura o compra de medios de comunicación, la difusión de propaganda o la supresión de puntos de vista contrarios. Las élites gobernantes pueden ejercer un control sobre el flujo de información y moldear la percepción de la realidad según sus intereses.
Protección de intereses económicos o políticos: En algunos casos, las élites gobernantes pueden restringir la libertad de expresión para proteger intereses económicos de sus patrocinadores o intereses políticos. Esto puede implicar silenciar a aquellos que critican o denuncian la corrupción, los abusos de poder o las violaciones a los derechos humanos. Al limitar la libertad de expresión, las élites pueden evitar la rendición de cuentas y mantener sus privilegios.
Conclusión:
La libertad de expresión es uno de los pilares fundamentales de las sociedades democráticas. Se nos ha enseñado que tenemos el derecho de expresar nuestras ideas, opiniones y creencias sin temor a represalias. Sin embargo, en los tiempos actuales con gobernantes progresistas, lo único que se puede expresar, es lo “políticamente correcto”.
