jueves, noviembre 7
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No podemos, ni debemos olvidar el tema del litio en México.

A decir verdad. Por, Rubén Iñiguez.

Quiero empezar compartiéndole, amable lector, una frase que reza así: ¡El Pueblo que olvida su historia, está condenado a repetirla!


El motivo del porque inicio mi opinión de esta manera, es porque nosotros como mexicanos, (me incluyo), tenemos muy poca memoria histórica y política, quizá por esa razón, nuestro pueblo sea bastante feliz, porque al parecer tenemos lo que se le conoce como “memoria selectiva” y solo nos acordamos de las cosas agradables y positivas que nos ocurren y suceden en nuestro entorno. Sin embargo, muchos políticos abusan de esa circunstancia y se aprovechan de “nuestra poca memoria” para poder saquear las arcas del país y sobre-explotar nuestros recursos naturales.


No podemos, ni debemos olvidar un tema tan importante como lo es el asunto del litio en nuestro país, ya que México ocupa el décimo lugar mundial, con una cifra similar a la que tiene Canadá, de 1 millón 700 mil toneladas de reservas.


El país que cuenta con el yacimiento más grande en el mundo, es Bolivia, con 21 millones de toneladas, le sigue Argentina con 17 millones, después Chile, con 09 millones de toneladas.


Nuestro país, es tan rico en recursos naturales, que somos la envidia de muchos en todo el mundo, esto se lee muy bonito y positivo para nosotros como mexicanos, sin embargo, cuando volteas a ver “la olla al final del arcoíris” descubres que el duende que la resguarda, es populista, por lo tanto, todo lo quiere nacionalizar…


EL FRACASO DEL MODELO BOLIVIANO
Bolivia se encuentra en una situación paradójica, con todo y su liderazgo mundial en reservas, siguiendo los modelos económicos estatistas, nacionalizó su litio, bloqueando a las empresas privadas. El discurso se basó en la soberanía, la defensa de sus recursos naturales y todo ese rollo, por lo anterior, se creó una dependencia paraestatal oficial, llamada Consorcio de Yacimientos Bolivianos.


El mensaje, en apariencia, se escucha patriótico y hasta de obligación histórica, sin embargo, “del dicho al hecho hay mucho trecho”, pues procesar las materias primas no es nada sencillo. Los métodos del Bolivia son atrasados, y no han logrado un litio de calidad mundial. Tanto que, pese al discurso, al final, tuvo que verse en la necesidad de buscar socios extranjeros para poder procesar el hidróxido de Litio, lo que no tenían contemplado en su arrogante política nacionalista.


El problema para Bolivia, es que la competencia ha optado por medidas más saludables para su economía, fomentado la inversión privada en los casos de Chile y Argentina, con lo que cómodamente han superado al teórico gigante boliviano.


La Corporación de Fomento de la Producción de Chile, a cargo de Pablo Terrazas, ha logrado atraer proyectos al igual que Argentina para desarrollar la explotación de esta materia prima, con que se elaboran los microcircuitos (chips) microscópicos que dan vida y lógica a los teléfonos celulares, computadoras, centros de control de los automóviles, aviones, etc. Lo que ha motivado una gran demanda, sobre todo por la industria automotriz mundial, particularmente la europea que, dicho sea de paso, sufre porque carece de este recurso tan importante como lo es el litio.


EL MODELO MEXICANO: MORENA PIDE NACIONALIZAR
Los sudamericanos extraen el litio más fácilmente porque lo tienen en salmueras, como en el desierto de Atacama, pero en México es más complicado y costoso por estar insertado en arcillas.


Sin embargo, y sin una razón o argumento aparente – económicamente hablando – siguen fieles a la idea de la estatizar la economía, y en ello, por supuesto que influye el presidente de México, pues es la fracción de Morena, quien presentó una iniciativa en la cámara legislativa, para nacionalizar el litio. Todo esto, con el argumento de que, con esa política pública, se pueda pagar la “deuda externa” la cual, a pesar de que lo habían negado muchas veces, ha aumentado a 11 billones de pesos, según lo reconoció el mismo Senador, Alejandro Armenta.


La propuesta más sensata debería versar en un plan de alianza entre el capital privado y sector público, ya que los pagos de derechos e impuestos son la mejor forma para el Estado para obtener dividendos. Pues al concesionar, no pierde la propiedad de la tierra, solo permite su explotación por un tiempo determinado, además estaría regulada por la ley y vigilada por el gobierno. Es falso que se enajene el tesoro natural, eso es un pretexto ideológico.


El Sistema Integral de Economía Minera, reporta que hay planes para 527 mil hectáreas más. Los descubrimientos pueden atraer grandes fortunas de todas partes del mundo. México está en la mira, pero el actual gobierno federal hace difícil garantizar esas inversiones. Por eso se van los grandes capitales y nadie quiere arriesgarse con López Obrador. De hecho, se anunció que se ha paralizado la industria minera, por las políticas de la Cuarta Transformación, que han cancelado nuevas concesiones totalmente.


La explotación parece simple, pero no lo es. Aunque existe este mineral en varios países, es incosteable el depurarlo en la mayoría. México tiene este tesoro en el norte de Sonora, con reservas de muchos millones de toneladas, pero no todo el yacimiento tiene la misma calidad y el litio mexicano requiere tecnología avanzada para conseguirlo.


CREAR UN LITHIUM VALLEY
La idea debe ser crear en el estado de Sonora, un tipo “Lithium Valley”, aprovechando que México tiene buena estructura tecnológica, una fuerte industria automotriz – que representaba en mejores tiempos – un 03 por ciento, del PIB (producto interno bruto) nacional, con sus vehículos de consumo externo e interno.


Si existiera más apertura y evitáramos el discurso de la falsa nacionalización de las empresas, que aparte de todo, ha espantado la inversión de socios nacionales y extranjeros, podríamos tener algunas plantas que elaboren los microchips en México, lo que implicaría desarrollo, infraestructura, nuevas poblaciones.


LAS OBSESIONES IDEOLOGICAS
El gran problema de este gobierno, es que tiene serias fijaciones ideológicas obsoletas, que ya le costaron mucho a Bolivia, lo que los tiene sumidos en la pobreza, a pesar de ser el “gigante del litio en el mundo”.


Cómodamente y sin mayor inversión y desgaste, el gobierno federal “podría estar viviendo de sus rentas” – dedicarse a cobrar impuestos- y alentar que vengan más empresas a generarles más dinero, sin embargo, el discurso populista, sale muy caro, pues ya nos pasó una vez, con un expresidente de la republica que nacionalizó hasta La Banca mexicana y solo provocó crisis, inflación económica y devaluación del peso. ¿Recuerdan a quien me refiero?


“Ya nos pasó una vez, y si no insistimos en el tema, volveremos a tropezarnos con la misma piedra”

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