La mesa redonda Por: Víctor Salazar
La ciencia y la investigación son pilares fundamentales en la búsqueda del conocimiento y el progreso de la humanidad. La ética, en teoría, debería ser la brújula que guía a los científicos en este camino. Sin embargo, en la práctica, la ética en la ciencia a menudo se ve comprometida, dando lugar a un fenómeno preocupante: la hipocresía ética. A lo largo de la historia, han surgido numerosos ejemplos de esta contradicción entre las normas éticas proclamadas y las acciones reales en el mundo de la investigación.
Experimentos en seres humanos
Uno de los ejemplos más notorios de hipocresía ética en la ciencia es el estudio de Tuskegee. Durante 40 años, desde 1932 hasta 1972, se realizó un estudio en el que se negó el tratamiento a hombres afroamericanos con sífilis, incluso cuando la penicilina se convirtió en un tratamiento efectivo. Este experimento inmoral, realizado por el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos, pone de manifiesto la manera en que la búsqueda de datos científicos puede llevar a la negligencia ética y al abuso de los derechos humanos.
Fraude científico y publicación sesgada por intereses económicos
El caso de Andrew Wakefield es ilustrativo. En 1998, Wakefield publicó un estudio en el que afirmaba que había evidencia de una conexión entre la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR) y el autismo. Pero el Gobierno y la comunidad científica lo expulso del registro médico de investigadores, según ellos por afirmar falsamente en su artículo el peligro de la vacuna triple vírica y la aparición del autismo y ciertas enfermedades intestinales. Pudo y peso más el interese económico y salvar la imagen de las farmacéuticas, que la verdad y la salud de la población infantil. Hasta la fecha el autismo es consecuencia de la Vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola. La población infantil seguirán siendo cobayas por la ignorancia de los padres y por la ciega obediencia a la autoridad, porque creen ingenuamente que su Gobierno no les va a mentir.
Explotación de recursos y desigualdades globales
La ciencia y la investigación a menudo se benefician de la explotación de recursos naturales en todo el mundo. Por ejemplo, en la búsqueda de minerales y recursos para la tecnología de alta gama, las empresas y los científicos han sido acusados de explotar a comunidades locales y de contribuir a la degradación del medio ambiente. Esto plantea preguntas sobre la ética de la investigación que se basa en la explotación y la desigualdad global, lo que es especialmente relevante en un mundo cada vez más interconectado.
En resumen, la hipocresía ética en la ciencia y la investigación es un problema arraigado que no puede pasarse por alto. Aunque se promulgan altos estándares éticos, la realidad es que, en la búsqueda del conocimiento y el reconocimiento, a veces se sacrifican los principios éticos. Para abordar este problema, es esencial que la comunidad científica y las instituciones reguladoras refuercen la aplicación de normas éticas, promuevan la transparencia y fomenten la responsabilidad. La integridad ética no solo es fundamental para el avance del conocimiento, sino también para la confianza pública en la ciencia y su capacidad para abordar los desafíos globales de manera justa y equitativa. La ciencia y la ética deben caminar de la mano, no en direcciones opuestas.