Al son de la canción “Mi gusto es”, la cantante Eugenia León cerró en grande el Festival Cultural Sinaloa 2022 “Lo Nuestro”, con un magno concierto en el Parque Las Riberas de esta capital, donde ofreció su corazón en un programa variado, resumen de su fructífera trayectoria, acompañada por la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes y sus músicos.
La clausura estuvo a cargo de Graciela Domínguez Nava, titular de la SEPyC, con la representación del gobernador Rubén Rocha Moya, acompañada por la senadora Imelda Castro y el titular del Instituto Sinaloense de Cultura, Dr. Juan Salvador Avilés Ochoa, en un breve acto en el que dijo que este Festival nos dio la oportunidad de salir a las plazas y teatros tras dos años de pandemia y aseguró que el año que viene nos veremos de nuevo en los 18 municipios.
Bajo la dirección del Mtro. Miguel Salmon del Real, la OSSLA abrió con la pieza “Culiacán”, de Enrique Sánchez Alonso “Negrumo”, con arreglos de Tony Taño, para luego entrar la cantante, e interpretar “El caballo blanco”, de José Alfredo Jiménez, entre los gritos de entusiasmo, para continuar con la canción oaxaqueña tradicional “La Sandunga”, y luego se puso romántica un bolero de Consuelo Velázquez, “Amar y vivir”.
Regresó a sus orígenes con “Yo vengo a ofrecer mi corazón”, de Fito Páez, y a la Época de Oro con “Amorcito corazón”, de Manuel Esperón que hizo al numeroso público chiflar de gusto, desde todos los rincones del Parque.
Continuó con el chachachá “Capullito de alhelí”, de Rafael Hernández Marín; y dos de las suyas, “De qué te cuidas” y “Siete soles”, ambas de Rafael Mendoza, para luego evocar el romanticismo de Agustín Lara en “Arráncame La Vida”, de Agustín Lara.
Y un relax para dejar a la Orquesta, que interpretó “La Obertura Centenario”, arreglos del maestro Salmón del Real a un popurrí de canciones cantadas por Pedro Infante, desde “Amorcito corazón” a las coplas de “Dos tipos de cuidado”, que entusiasmó al gentío.
Regresó al escenario con la bella pieza “Luz”, de Marcial Alejandro, y luego -una de las sorpresas de la noche- invitó a María Inés Ochoa -hija de su comadre Amparo Ochoa- a cantar a dúo el bolero “Tu voz”, de Ramón Cabrera, en uno de los momentos más emotivos.
Luego, “Cachito”, de Consuelo Velázquez, para desembocar en folclor urbano muy achilangado con el humorismo de Chava Flores en “Cerró sus ojitos Cleto”, que junto con “Montón de Tierra”, de Liliana Felipe, se puso en onda con la Celebración del Día de Muertos en todo México.
Ya hacia el cierre, brindó una singular versión de “La Paloma”, de Sebastián Yradier, en el que desplegó su vena social, para cerrar con la canción que la puso en boca de propios y extraños en 1985, “El Fandango aquí”, de Marcial Alejandro, con la que ganó el Festival OTI.
Y para el público que pedía otra, otra, la vocalista de sensual pero firme voz interpretó una pieza para niños y para aquellos que un día fueron niños y no lo olvidan, “El Ratón Vaquero”, de Francisco Gabilondo Soler, en medio de aquel mar de aplausos en que se convirtió el Parque Las Riberas, y de gente que no dejaba de pedir otra, otra.
Tardó un poco, pero lo hizo, y cerró fuerte con “Mi gusto es”, de Alfonso Esparza Oteo, que sonó recia y vibrante entre los altos álamos y ceibas del Parque Las Riberas, donde resonó el coro de la muchedumbre, que salió más que satisfecha.
Con esto cerró un gran Festival que, a lo largo de dos semanas, ha destacado Lo Nuestro, lo que somos en las artes y la cultura en Sinaloa, pero también con lo mejor de México y del mundo, con 255 eventos gratuitos, la mayoría en espacios abiertos de los 18 municipios de la entidad.