En días recientes, el actor y activista Eduardo Verástegui ha sido blanco de una polémica creada, en gran parte, por ciertos portales de noticias financiados por sectores progresistas que buscan influir en la opinión pública. Verástegui emitió una declaración en la que expresó que Wendy Guevara, una figura conocida de la televisión y redes sociales, «no es mujer» y que se debe respetar a las mujeres. Además, sugirió que Guevara debería buscar ayuda psicológica para reconciliarse con su sexo biológico. Aunque estas declaraciones fueron directas, reflejando una postura que defiende la importancia del sexo biológico en temas de identidad, varios medios de comunicación han distorsionado los hechos para generar una narrativa que favorezca su agenda.
La manipulación mediática: tergiversación y ataques infundados
De manera inmediata, portales financiados por la élite progresista reaccionaron de forma alarmista. Muchos titulares sugirieron que Verástegui había sido “funado” o criticado masivamente por sus declaraciones, creando la impresión de que la sociedad en su conjunto había rechazado su postura. Sin embargo, esta supuesta «funa» no corresponde con la realidad. Si bien es cierto que algunos sectores han mostrado su desacuerdo, la respuesta general del público ha sido de apoyo a Verástegui, defendiendo su derecho a expresar una opinión legítima basada en principios biológicos y de respeto hacia las mujeres.
Es importante destacar que esta estrategia de manipulación mediática no es nueva. La construcción de narrativas falsas, donde una figura pública es retratada como «cancelada» o «criticada masivamente», suele ser una táctica utilizada por medios que buscan desacreditar cualquier disenso hacia su ideología. Estas plataformas suelen amplificar las voces críticas, aunque sean una minoría, y hacen caso omiso al respaldo mayoritario que personajes como Verástegui reciben. En este caso, han distorsionado la realidad para hacer creer que hay una condena unánime hacia él, cuando la verdad es que muchos sectores de la sociedad coinciden con su postura y rechazan los intentos de imponer ideologías de género contrarias a la biología.
El respaldo social a Eduardo Verástegui
A pesar del ruido generado por estos medios, una parte significativa de la sociedad ha expresado su respaldo a Eduardo Verástegui. En redes sociales, se han visto numerosos comentarios que apoyan su postura, subrayando que defender el sexo biológico no es un acto de odio, sino una reivindicación del respeto a la verdad científica y los derechos de las mujeres. La manipulación por parte de ciertos medios queda evidenciada cuando contrastamos la narrativa de rechazo que intentan imponer, con la realidad de que miles de personas lo apoyan y se identifican con su mensaje.
En un contexto donde la ideología de género se ha convertido en un tema polarizante, el apoyo a Verástegui también refleja un creciente descontento con las políticas que buscan redefinir el concepto de sexo y género sin tener en cuenta las bases biológicas. La sociedad, en general, muestra señales de estar agotada por la imposición de un discurso que fuerza a aceptar identidades basadas en percepciones individuales, sin que haya un diálogo serio y respetuoso sobre sus implicaciones.
El rol de los medios financiados por elites progresistas
No es coincidencia que muchos de los medios que han promovido esta distorsión de los hechos reciban financiamiento de grupos vinculados con una agenda progresista. Estos portales a menudo presentan información sesgada, omitiendo datos relevantes que podrían ofrecer una imagen más completa de la situación. En el caso de Eduardo Verástegui, la cobertura ha estado dominada por titulares escandalosos que buscan desacreditar su figura, ignorando el amplio apoyo que ha recibido por parte del público.
Este fenómeno pone en evidencia cómo los medios de comunicación pueden ser utilizados como herramientas para moldear la opinión pública, intentando crear una percepción de consenso social que no siempre corresponde a la realidad. Las voces disidentes son silenciadas o caricaturizadas, mientras que las narrativas que promueven las élites progresistas son amplificadas y presentadas como mayoritarias.
Conclusión: La verdad frente a la manipulación
Las declaraciones de Eduardo Verástegui sobre la importancia de respetar el sexo biológico han desencadenado una respuesta mediática que busca desacreditarlo, tergiversando la reacción social. Sin embargo, lejos de ser «funado» o rechazado masivamente, ha contado con el apoyo de un público que también rechaza las imposiciones ideológicas actuales en temas de género. Los portales progresistas financiados por élites han intentado manipular la opinión pública, pero los hechos demuestran que la sociedad sigue dispuesta a cuestionar las narrativas impuestas y defender la verdad biológica.
Este episodio es un recordatorio de la importancia de un periodismo honesto y balanceado, que respete la pluralidad de opiniones y no se preste a la manipulación de la información para servir a intereses particulares.