
Culiacán, Sinaloa a 15 de Marzo de 2025.- En un acto de solidaridad y duelo, ciudadanos de diferentes partes del país se unieron este día para honrar a las víctimas del horror descubierto en Teuchitlán, Jalisco, un lugar donde se han reportado crímenes atroces, incluyendo la quema de personas desaparecidas. Ante la indignación y el dolor, la sociedad civil convocó a un minuto de silencio y a encender veladoras en memoria de quienes perdieron la vida en este sitio, que se ha convertido en un símbolo de la violencia y la impunidad que azotan al país.

Los hechos ocurridos en Teuchitlán han sacudido a la nación. Testimonios y evidencias indican que en este lugar se cometían actos de extrema crueldad, incluyendo la incineración de cuerpos, en lo que parece ser un escenario de terror sistemático. Lo más alarmante es que estos crímenes ocurrían, presuntamente, frente a las narices de las autoridades, sin que se tomaran acciones concretas para detenerlos o investigarlos a fondo.
Hasta el momento, no se ha podido determinar si estos hechos son recientes o si forman parte de una práctica que lleva años ocurriendo en la zona. La falta de claridad y la lentitud en las investigaciones han generado desconfianza en las instituciones, mientras que familiares de desaparecidos exigen justicia y respuestas claras.
En ciudades como Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey y Cancún, entre otras, ciudadanos se congregaron en plazas públicas y espacios simbólicos para guardar un minuto de silencio y encender veladoras. Las imágenes de las velas formando cruces y mensajes de paz se han viralizado en redes sociales, acompañadas de consignas como «¡Nunca más!» y «¡Justicia para las víctimas de Teuchitlán!».
Organizaciones de derechos humanos y colectivos de familiares de desaparecidos han exigido una investigación exhaustiva y transparente, así como la destitución de funcionarios que, por acción u omisión, permitieron que estos crímenes ocurrieran. Además, han llamado a la sociedad a no olvidar y a mantener la presión para que casos como este no queden en la impunidad.
Mientras el país se une en duelo, las preguntas sobre lo ocurrido en Teuchitlán siguen sin respuesta: ¿Cuántas víctimas hay? ¿Quiénes son los responsables? ¿Cómo pudo ocurrir esto durante tanto tiempo sin que las autoridades actuaran? Por ahora, las veladoras y el silencio son un recordatorio de que, en medio del horror, la sociedad exige verdad, justicia y memoria.
Teuchitlán se ha convertido en una herida abierta para México, un país que clama por el fin de la violencia y la impunidad. Hoy, más que nunca, las voces de las víctimas resuenan en el grito colectivo de una nación que no quiere más dolor.