El número de muertos debido a la violencia militar y policial contra manifestantes y civiles en Myanmar asciende a 423, incluidos menores, informó este domingo la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP) birmana.
La AAPP señaló en un informe que los policías y militares llevaron a cabo el sábado la mayor matanza de civiles desde el golpe de Estado del pasado 1 de febrero, al verificar la muerte ese día de al menos 90 personas, incluidos seis niños de entre 10 y 16 años.
Sin embargo, reconoce que el número de víctimas mortales “probablemente sea mucho mayor”.
El medio Myanmar Now sitúa el número de muertos en al menos 116 durante la jornada del sábado, en la que los soldados mataban en las calles al mismo tiempo que la capital acogía un desfile castrense por el Día de las Fuerzas Armadas.
La mayoría de los países boicotearon el acto, pero Rusia, China, India, Pakistán, Bangladés, Vietnam, Laos y Tailandia enviaron a representantes al desfile, según el medio Asia Nikkei.
La AAPP explicó que una niña de 13 años murió en su casa debido a los disparos de las fuerzas de seguridad, mientras que un menor de 16 iba en moto y, sin aviso alguno, fue tiroteado por las fuerzas de seguridad.
Sin embargo, la ONG Burma Campaing UK criticó a Guterres por “hacer solo declaraciones sobre lo conmocionado o preocupado que está”, en lugar de actuar en el seno de Naciones Unidas.
Los militares tomaron el poder con la excusa de un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre, en los que arrasó el partido de la líder depuesta y Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, y que fueron declarados legítimos por los observadores internacionales.
Desde el golpe, la junta militar ha detenido a más de 3.000 personas, incluida Suu Kyi y gran parte de su Gobierno, quienes se encuentran en su mayoría incomunicados.