jueves, diciembre 12
Shadow

El Ajedrez Global: ¿Rumbo a un Nuevo Orden Mundial?

Columna: La Mesa Redonda
Por: Víctor Salazar

En el tablero geopolítico, las piezas parecen estar moviéndose con una precisión inquietante, marcando una partida que podría definir el futuro de la humanidad. Desde hace décadas, diversos analistas hemos señalado cómo las elites luciferinas –término empleado por algunos para describir a grupos con agendas oscuras de control global (Agenda 2030)– trabajan pacientemente para reconfigurar el mundo. Su objetivo, según estas interpretaciones, no es otro que establecer el tan mencionado Nuevo Orden Mundial, una visión que tomó notoriedad cuando George H. W. Bush, padre, lo pronunció públicamente a inicios de la década de 1990.

Hoy, el mundo parece dividirse en dos bloques ideológicos opuestos, ambos diseñados para alimentar una narrativa de polarización y conflicto. Por un lado, están los países progresistas alineados con el Foro de São Paulo, promoviendo políticas populistas y de izquierda. En estas naciones, se observa un creciente énfasis en la promoción de valores que muchos consideran disruptivos: la normalización del aborto, el divorcio, el avance de la agenda LGBTQ+, la pedofilia y su mencionado grito de AMOR ES AMOR. La burla hacia valores tradicionales que han sostenido a las sociedades por siglos. Estas políticas respaldadas en México por MORENA y todos su Diputados y Senadores, generan divisiones profundas en las sociedades.

En el bloque opuesto, los defensores de una derecha conservadora buscan reinstaurar valores tradicionales y resguardar lo que consideran pilares fundamentales de la civilización: la vida, la familia, y un orden moral inquebrantable. Entre sus rostros más visibles se encuentran figuras como Donald Trump, el expresidente y actual Presidente de los Estados Unidos que ha abanderado políticas antiaborto; Vladimir Putin, que ha restringido las manifestaciones LGBTQ+ en Rusia; y pensadores como Agustín Laje, que denuncian lo que ven como un avance global de los «antivalores». Incluso nombres inesperados, como Elon Musk, quien ha adoptado posturas libertarias y críticas hacia las agendas progresistas, se posicionan en este espectro.

La división es clara: populismo de izquierda contra un conservadurismo reaccionario. Pero, ¿quién mueve las piezas? Más allá de las ideologías y sus defensores, es inevitable preguntarse si ambos bandos están siendo manipulados para un fin mayor. Las elites globales, esas que operan desde las sombras, podrían estar orquestando este enfrentamiento, buscando dividir al mundo en dos bloques irreconciliables y, eventualmente, conducir a un conflicto armado de proporciones catastróficas.

El alineamiento de estas fuerzas recuerda las estrategias de la Guerra Fría, donde el enfrentamiento ideológico entre capitalismo y comunismo dividió al mundo, pero con una diferencia fundamental: ahora, ambos bloques parecen ser impulsados por una maquinaria que trasciende las ideologías mismas. El resultado es un escenario donde el enfrentamiento no es solo posible, sino cada vez más probable.

El futuro que se avecina parece sombrío. En esta partida de ajedrez global, los ciudadanos comunes somos peones, sacrificables en una lucha que no nos pertenece. Mientras los líderes del mundo despliegan sus estrategias, vale la pena recordar que, al final, las elites que mueven las piezas serán las únicas en ganar. Dividir para conquistar sigue siendo su juego predilecto, y nosotros, atrapados en el tablero, somos quienes pagaremos el precio. ¿Habrá manera de detener este ciclo antes de que sea demasiado tarde? Solo el tiempo lo dirá.

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